La menopausia es una etapa natural en la vida de una mujer, pero muchas llegan a ella sintiéndose poco preparadas, poco escuchadas o en silencio preocupadas por los cambios que están experimentando. La perimenopausia y la posmenopausia pueden traer transformaciones físicas, emocionales y psicológicas que resultan confusas o incluso inquietantes, sobre todo cuando nadie ha explicado qué está ocurriendo realmente.
Si alguna vez has pensado «ya no me siento como antes», es importante que sepas esto: no estás sola y no te lo estás imaginando.
Qué es realmente la menopausia
La menopausia no es un momento puntual, sino un proceso.
- Perimenopausia: es la etapa de transición previa a la menopausia, que suele comenzar a mediados de los 40 (a veces antes). Es cuando los síntomas suelen ser más intensos.
- Menopausia: se considera oficialmente cumplida cuando ha pasado un año desde la última menstruación.
- Posmenopausia: es la etapa posterior, cuando las fluctuaciones hormonales tienden a estabilizarse.
Comprender estas fases puede aportar ya un cierto alivio. Lo que estás viviendo tiene un nombre y una explicación.
Qué está ocurriendo en tu cuerpo y en tu cerebro
Durante esta transición, los niveles de estrógeno y progesterona fluctúan y finalmente disminuyen. Estas hormonas influyen en mucho más que el ciclo menstrual: afectan al estado de ánimo, al sueño, a la memoria, a la concentración, a la regulación de la temperatura corporal y al equilibrio emocional.
Es posible que notes:
- sueño pobre o interrumpido
- ansiedad o bajo estado de ánimo
- irritabilidad o ganas de llorar
- “niebla mental” o dificultad para encontrar palabras
- sensación de no ser la de antes
Además, el cerebro atraviesa un proceso de reorganización neuroplástica, que puede provocar síntomas cognitivos y emocionales temporales.
Esto no es un deterioro. Es una reorganización metabólica, comparable a la pubertad o al embarazo. Tu cuerpo se está adaptando, no fallando.
El impacto emocional de la menopausia
La menopausia puede remover emociones que sorprenden incluso a quienes se consideran fuertes o estables.
Duelo y pérdidas
Esta etapa puede reactivar duelos no resueltos o generar una sensación de pérdida por caminos vitales no elegidos: relaciones, maternidad, carreras profesionales o versiones de ti misma que imaginaste en el pasado.
Invisibilidad y presión cultural
Vivimos en una cultura que idealiza la juventud. Muchas mujeres sienten que, con la edad, se vuelven menos visibles. Esto puede afectar a la autoestima, a la identidad y al sentido de valor personal.
Ansiedad y estado de ánimo bajo
Algunas mujeres experimentan ansiedad o depresión por primera vez durante la perimenopausia. Otras notan que síntomas previos se intensifican. En muchos casos, los cambios hormonales están en la base, aunque no siempre sea evidente.
Nada de esto significa que seas débil. Significa que estás atravesando una transición profunda.
«Ya no me siento como antes»
Muchas mujeres no relacionan de inmediato sus síntomas con la menopausia. En su lugar, temen que haya algo “mal” en ellas.
Si esto te resulta familiar, puede ayudar explorar con suavidad la relación entre cómo te sientes y lo que tu cuerpo está atravesando. Comprender este vínculo suele reducir el miedo y la autocrítica, dando paso a una mayor compasión hacia una misma.
Replantear los pensamientos que generan malestar
Los síntomas de la menopausia pueden activar pensamientos duros o exigentes:
- «No puedo con esto»
- «Debería llevarlo mejor»
- «Algo no va bien en mí»
Puede ser útil cuestionarlos con amabilidad:
- ¿Qué pruebas tengo de que esto sea peligroso o imposible de manejar?
- ¿Qué le diría a una amiga en mi misma situación?
- ¿Puedo tratarme con un poco más de comprensión?
Cambiar el diálogo interno puede aliviar el malestar emocional y ayudarte a sentirte más centrada.
Cuidarte sin castigarte
El autocuidado y el movimiento durante la menopausia tienen que ver con sostenerte, no con exigirte más.
- El entrenamiento de fuerza ayuda a mantener la densidad ósea, la función cognitiva y la salud metabólica.
- El movimiento aporta beneficios tanto físicos como emocionales.
- El ejercicio no tiene que ser como antes. Puede redefinirse de forma que resulte realista, significativa y amable.
El progreso importa más que el esfuerzo extremo.
Tomar decisiones informadas sobre la terapia hormonal (TH)
No existe una elección “correcta” o “incorrecta” respecto a la terapia hormonal. Lo importante es que sea una decisión informada y personal.
Algunas creencias frecuentes son:
- «Si tomo TH es porque no he sabido afrontarlo de forma natural»
- «Si no tomo TH, tengo que aguantar esto sola»
Ninguna de las dos es cierta.
Las decisiones merecen estar basadas en autocompasión, autonomía y buena información, no en la culpa ni en la presión externa.
La menopausia no es un final
Uno de los cambios de mirada más importantes es este:
la menopausia no es un final, es una reorientación.
Esta etapa ofrece la oportunidad de revisar prioridades, valores y proyectos. El cerebro sigue siendo flexible. La identidad no está cerrada. El crecimiento y la renovación siguen siendo posibles.
No estás desapareciendo: estás transformándote.
Un pensamiento final
La menopausia es una etapa vital válida y con sentido. Cuando se comprende y se acompaña adecuadamente, puede vivirse con dignidad, fortaleza y respeto hacia una misma.
Si estás atravesando este proceso, no tienes que “aguantar sin más”. Mereces comprensión — de los demás y, sobre todo, de ti misma.
No estás rota.
Estás convirtiéndote en quien eres ahora.
_______________________________________________________________________________
Fuente: Hill, R., S-A. (2025). Clients Experiencing Menopause [lecture]. Counsellor CPD. Counselling Tutor. [11/12/25].