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Caminar de noche

  • En 1994 hubo un terremoto en Los Ángeles y se fue la luz. Hubo muchas llamadas a los servicios de emergencia para alertar de una nube plateada enorme con apariencia extraterrestre en el cielo, pero resultó que era la Vía Láctea. Resulta que esta gente no la había visto nunca debido a que la contaminación lumínica de la ciudad se lo imponía.
  • En la misma época, un grupo de amigas en Australia decidieron caminar en el campo de noche para hacer ejercicio porque no tenían tiempo de día. Pero pronto descubrieron que lo que más les afectaba de las salidas no era la mejora de su estado físico, sino cómo les reconectaba con la naturaleza, el silencio y la oscuridad terciopelo de la noche. 
  • Hoy en día hasta un 99% de los estadounidenses y de los europeos viven por debajo de cielos donde apenas se percibe la Vía Láctea por culpa de la contaminación lumínica. Algunas personas nunca consiguen ajustar su vista al modo de visión nocturna.
  • Sin embargo, la luz es una necesidad humana fundamental. La investigación muestra que su déficit podría relacionarse con la depresión, la insomnia, la obesidad, una inmunidad reducida y la cardiopatía. Estar expuesto a la luz nocturna afecta a la fisiología circadiana y neuroendocrina, que potencialmente acelera el crecimiento de los tumores. Unos científicos israelíes mostraron que donde hay más contaminación lumínica, hay más casos de cáncer de mama.
  • Hasta niveles bajos de luz nocturna pueden reducir la plasticidad del cerebro y interferir en la estructura normal de las células del cerebro. 
  • Se cree que inhibe la producción de melatonina, la hormona que nos ayuda a dormir. Caminar de noche nos ayuda a dormir porque actúa sobre el impulso homeostático del sueño. Ayuda a calibrar nuestro reloj interno de nuevo según los ciclos de luz y de oscuridad con los que hemos convivido durante milenios.
  • Caminar de noche tiene riesgos. Es mejor elegir una ruta plana, y evitar una noche mojada para evitar resbalar. Se ve más en un sitio despejado y sin árboles. 
  • La primera vez es mejor hacer una ruta conocida, que ya has hecho de día, y sal justo antes de que anochezca para dejar que se acostumbren los ojos. Si sales de noche, siéntate en la oscuridad durante 20 minutos antes de empezar para que se acostumbren los ojos. Se recomienda hacer la misma ruta de ida y vuelta para tener referencias en la vuelta cuando esté muy oscuro.
  • Y finalmente, unos consejos prácticos. Llévate una lámpara de cabeza con luz roja, y con un atenuador de luz para tener las manos más libres. Pero solo úsala si hace falta, la idea es dejar que se acostumbren los ojos a la oscuridad. Hay prismáticos especiales para ver el cielo de noche. Lleva un bastón para evitar caídas, un termo con una bebida caliente o agua y carga el móvil. Para ver más fauna, es mejor salir con un grupo pequeño. El sonido tiene más alcance de noche así que podremos oír más ruidos de animales. Y finalmente, ve despacito, esta caminata es para disfrutar de lo que se experimente. No hay prisa. En España la empresa Turismo de Estrellas organiza el astroturismo.

Fuente: 52 maneras de caminar: Annabel Streets – Bloomsbury Publishing