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Orientación

La conciencia del aquí y ahora

Podemos ser conscientes de nuestra ansiedad (el corazón palpitante, las palmas sudorosas u otras reacciones ansiosas) y utilizar la atención plena (mindfulness) para manejarla, mientras aceptamos la ansiedad, soportando así una conciencia dual.

Es útil aprender a encontrar un ‘lugar seguro’ en la mente, cuando nos sentimos ansiosos. Nos da la opción de usar un recurso, por ejemplo, algo que nos gusta oler o unas imágenes, u otra forma de involucrar a los exteroceptores (los cinco sentidos clásicos: visión, audición, olfato, gusto y tacto).

Una forma de hacerlo en este ‘lugar seguro’ es usar la orientación. Orientar le recuerda al sistema nervioso que el entorno es normal, que no hay amenaza, y que en este momento todo está bien.

Primero, mueve la barbilla lentamente hacia la derecha y observa todo lo que te rodea como si lo estuvieras viendo por primera vez.

No busques; permite que los ojos se den cuenta, que aterricen en diferentes cosas a tu alrededor.

Para tener mayor estabilidad, nombra lo que ves, p.e. ‘Veo una librería’. Deja que se suavicen los ojos. Observa cómo te sientes por dentro cuando lo haces.

Haz una pausa y mira a un objeto que encuentres particularmente relajante, y luego activa tu visión periférica.

Con solo girar la cabeza, estamos movilizando el sistema nervioso, habilitando más actividad, pero también estamos enviando mensajes al cerebro de que es algo normal, que no hay ninguna amenaza aquí, y que todo está bien. Este es el presente y no el pasado. Estoy a salvo.

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