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¡Caminar con asombro!

La mayoría de nosotros hemos tenido un momento de asombro, cuando sentimos una intensa admiración ante el asombroso misterio y la embriagadora belleza de un paisaje o lugar, ya sea una cadena montañosa, una puesta de sol o una cascada. A menudo podemos recordar caminar con asombro con una claridad inusual. Podemos sentirnos profundamente conmovidos, o incluso alterados por estos momentos, y para algunos pueden tener un significado espiritual o religioso. Con frecuencia ocurren cuando estamos en la naturaleza y con frecuencia están teñidos de miedo o incredulidad.

Los poetas y filósofos han hablado de lo sublime durante años, pero ahora los científicos lo están investigando. La psicóloga Michelle Shiota describe el asombro como un estado de atención plena que se enciende sin esfuerzo (a diferencia de la meditación), que es emocionante e inesperado, nos hace sentir más humildes y más pequeños, pero con el poder de cambiarnos de alguna manera. Nos hace parecer sorprendidos, con los ojos muy abiertos, las cejas levantadas y la mandíbula caída. Los participantes en sus experimentos que fueron expuestos a una escena de asombro, luego actuaron con habilidades analíticas más fuertes y procesos de pensamiento más rigurosos cuando se les pidió que criticaran un texto escrito. Otros investigadores también descubrieron que la exposición al asombro estaba relacionada con un mejor procesamiento cognitivo. La profesora Melanie Rudd descubrió que el asombro expande nuestro sentido del tiempo, lo que nos permite centrar mejor nuestra atención, lo que nos hace sentir menos presionados por el tiempo y menos impacientes.

El investigador Dacher Keltner descubrió que la exposición al asombro provocaba mayores sentimientos de humildad, curiosidad, felicidad y altruismo. Experimentos posteriores descubrieron que el asombro provocaba sentimientos de pertenencia y más conexión con los demás, lo que facilitaba el manejo de la incertidumbre.

La doctora Jennifer Stellar descubrió que las muestras de saliva de los participantes expuestos al asombro con la experiencia más fuerte de asombro tenían los niveles más bajos de IL6, una citocina proinflamatoria y una molécula de señalización asociada con muchas enfermedades inflamatorias crónicas y con la depresión. En otras palabras, el asombro mejora el bienestar físico.

Como resultado, en los EE. UU. han sido pioneros en los «paseos del asombro» o paseos cortos, parcialmente guiados, donde la atención de un participante se dirige a árboles significativos, formaciones de nubes o lagos en el campo, mientras que en las ciudades se dirige a edificios espectaculares o líneas de visión. Después de ocho semanas, los participantes se sentían más positivos que los caminantes no guiados. Además, el efecto es acumulativo, ya que cuanto más busques la sensación de asombro mientras caminas, mayor será tu bienestar.

A continuación, se ofrecen algunos consejos para caminar y sentir asombro: apaga el teléfono y utiliza tus sentidos para interactuar con tu entorno. Si tus pensamientos vuelven a tus preocupaciones cotidianas y a tu lista de tareas pendientes, observa el horizonte, huele el aire y escucha. La novedad es un aspecto importante de la sensación de asombro, así que intenta caminar en un lugar nuevo, a una hora diferente del día o de una manera diferente. El uso de prismáticos o una lupa puede revelar nuevas maravillas de asombro. Intenta alimentar tu curiosidad, ya que las personas curiosas tienen más probabilidades de experimentar la sensación de asombro.

¡Salgamos todos a caminar y experimentemos la sensación de asombro!

Fuente: 52 maneras de caminar: Annabel Streets – Bloomsbury Publishing