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La imaginación guiada

La imaginación guiada implica el uso consciente de la imaginación para dirigir la mente inconsciente o para explorar su sabiduría en la comprensión de síntomas, problemas de salud o problemas de la vida. Esta técnica utiliza los cinco sentidos (vista, oído, gusto, olfato y tacto) para involucrar a su mente y cuerpo en una experiencia mental inmersiva. El objetivo de la imaginación guiada es aprovechar el poder de la conexión mente-cuerpo. Cuando imagina un lugar tranquilo y pacífico, su cuerpo a menudo responde como si realmente estuviera allí: puede sentirse más relajado, su ritmo cardíaco puede disminuir y su respiración puede volverse más profunda. Estas respuestas fisiológicas pueden ayudar a controlar el estrés, reducir la ansiedad, mejorar el sueño e incluso mejorar los procesos naturales de curación del cuerpo. La imaginación guiada también puede conectarlo con el conocimiento oculto y la sabiduría interior de su mente inconsciente. Es importante recordar que hay personas que no tiene una imaginación visual. Se llama afantasia y estas personas pueden hacer actividades usando el movimiento, la escritura o la música para ayudarlas de forma parecida.

Aquí tienes un ejemplo de una imaginación guiada (o visualización) que puedes usar para lidiar con los momentos difíciles de la vida. Se puede grabar para poder personlizarla y usarla cuando y cómo quieras. Contacta conmigo si tienes dudas o si necesitas acompañamiento.

(*) Antes de iniciar la visualización, es importante saber qué es el gesto de anclaje. Es un gesto que eliges y que va a grabar las sensaciones en el cuerpo, a través del que podrás volver a ellas cuando quieras. Tiene que ser un gesto fácil de hacer en cualquier situación social. El anclaje tiene como objetivo que puedas volver a experimentar las sensaciones positivas de entonces, de modo que sustituyan el malestar que se puede estar experimentando en el aquí y ahora generando así nuevas sensaciones corporales. 

La visualización de un paisaje:

‘Imagina que vas caminando por un prado de hierba muy verde situado entre altas montañas nevadas. 

Fíjate en las montañas a tu alrededor, son muy altas, y ves cómo contrasta el blanco de la nieve con el intenso color azul del cielo. Es mediodía y encima de ti brilla un sol muy radiante y luminoso. Mira el verde de la hierba, el blanco de la nieve de las montañas y el azul del cielo. 

La temperatura en ese lugar es muy agradable, no hace frío ni calor y sopla una agradable brisa templada que roza delicadamente sobre la piel de tu cara. 

Al caminar notas, ya que vas descalzo, el suave roce de la hierba bajo las plantas de tus pies. Puedes percibir el tacto de la hierba algo húmeda y fresca. 

Vas muy despacio deleitándote de todo lo que ves y sientes a tu alrededor. Tienes una gran sensación de tranquilidad y paz. 

Oyes el canto de los pájaros y los ves volar a tu alrededor. 

Fíjate ahora en las plantas, hierbas y flores que hay a tu alrededor. Hay pequeñas flores de colores muy vivos, blancas, amarillas, anaranjadas, azules…acércate a olerlas. Corta una flor y acércala a la nariz. Huele su aroma mientras te concentras en el color de sus pétalos. 

Sigue caminando muy despacio, sin ninguna prisa, disfrutando del paseo. 

Mira los riachuelos de agua que bajan de las montañas formando pequeños arroyos, donde las aguas saltan, corren, formando pequeñas cascadas y tranquilas pozas. Concéntrate hasta que escuches el murmullo de las aguas… 

Ahora te vas a acercar a un arroyo y vas a agacharte e introducir tus dos manos unidas en el agua para recogerla y beber. Siente el frescor del agua en tus manos. Dirígelas a la boca y bebe. Siente el agua fresca, pura, limpia y cristalina entrando en el interior de tu cuerpo. Esa agua revitaliza a todo tu organismo y te sientes lleno de salud y bienestar. 

Sigue tu paseo y fíjate en una pequeña planta de menta, acércate y corta algunas hojas. Mastícalas y percibe el fuerte sabor a menta en tu paladar. Concéntrate hasta notarlo con total nitidez. 

Finalmente vas a buscar un sitio en ese lugar donde sentarte cómodamente. Descansa y cierra los ojos, percibe los ruidos, los olores, la temperatura… y descansa profundamente… 

(*) Ancla este momento con algún gesto que puedas repetir con facilidad en cualquier situación: puede ser cruzar los dedos, tocarte con un dedo la nariz etc. Cada vez que hagas este gesto te podrás conectar de nuevo con las sensaciones que experimentas en este lugar. 

Cuando sientas que es el momento, despídete de este lugar, agradécele la experiencia, podrás volver a él cuando quieras. Y poco a poco, lentamente, regresa a tu aquí y ahora, al lugar en el que te encuentras. Vas moviendo suavemente tus piernas, tus brazos, abriendo los ojos a tu ritmo, estirando tus músculos…’ 

Aqui hay algunos apps de meditación y mindfulness:

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